Comúnmente, se cree que la pérdida auditiva es un problema que va de la mano con el envejecimiento. No obstante, enfermedades crónicas como la hipoacusia están derribando esta creencia popular, afectando cada vez más a los jóvenes, al grado de necesitar aparatos auditivos para mejorar su calidad de vida. Aquí te contamos de qué se trata.
La hipoacusia se define como la pérdida de la capacidad auditiva, ya sea de manera parcial o total, en uno o ambos oídos. Ahora bien, esta enfermedad puede originarse debido a la exposición constante a elevados niveles de ruido, que superan los límites recomendados.
La hipoacusia también es conocida como: sordera parcial, pérdida auditiva, disminución auditiva o sordera.
Por consiguiente, suele percibirse de manera gradual y es posible que inicie con un zumbido en los oídos. Pero una vez que se presenta, es permanente y puede requerir de la utilización de un aparato auditivo.
Aunque anteriormente era considerado un problema común entre la población de adultos mayores, actualmente, según el Instituto Better Hearing, 65% de las pérdidas auditivas se ubican entre personas de 18 y 44 años.
Aunado a ello, se ha comprobado que esta pérdida auditiva se presenta en 1 de cada 5 personas antes de los 20 años. Así que, como sociedad, estamos frente a una de las enfermedades incurables más frecuentes en jóvenes.
Sin embargo, a pesar de su carácter irreversible, puede ser prevenida manteniendo una correcta higiene auditiva y disminuyendo la exposición a los factores de riesgo.
Hoy en día, la disminución del rango de edad para la aparición de problemas en el oído y la necesidad de adquirir aparatos auditivos, son factores relacionados con habitantes de ciudades industrializadas, donde normalmente existe mucho ruido.
Por lo que algunas de las causas más comunes de la hipoacusia en jóvenes están relacionadas con malos hábitos, como:
Debido a que la hipoacusia es una enfermedad que no distingue edades, es importante tomar medidas de cuidado desde temprana edad. De esta manera, se recomienda a todas las personas moderar el volumen de los auriculares y evitar la exposición prolongada a ruidos muy fuertes.
Si esto no es posible, por ejemplo, para quienes trabajan en fábricas u obras de construcción, lo ideal es utilizar protectores adecuados para amortiguar el ruido y cuidar el oído.
Todas estas recomendaciones pueden prevenir problemas auditivos como la hipoacusia, pero si te encuentras expuesto a factores de riesgo como los mencionados aquí, no dudes en consultar a un especialista para determinar si existe alguna pérdida de audición que te pueda afectar en el día a día.
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